Orígenes
Las raíces
de la civilización india se remontan
en el tiempo hasta la prehistoria. La
primera actividad humana en el sub-continente
indio puede ser hallada en la Temprana,
la Media y la Tardía Edad de Piedra
(400,000 - 200,000 antes de nuestra era).
Se han hallado utensilios de todos estos
tres períodos en Rajasthan, Gurajat,
Bihar, algunas partes de lo que hoy es
Pakistán y en el extremo sur de
la Península India.
Estos pueblos paleolíticos fueron
cazadores y recolectores semi-nómadas
durante muchos milenios. Existían
cinco razas principales cuando tuvo lugar
el cambio a un estilo de vida agrícola,
a mediados del noveno milenio antes de
nuestra era. Estas eran la raza Negrito,
la Proto-Australoide, la raza Mediterránea,
los Mongoloides y el pueblo Alpino.
Las primeras evidencias de asentamientos
agrícolas en las planicies occidentales
del Indus son aproximadamente contemporáneas
con similares desarrollos en Egipto,
Mesopotamia y Persia. Estos asentamientos
crecieron gradualmente y los habitantes
comenzaron a utilizar el cobre y el bronce,
domesticaron animales, fabricaron vasijas
de barro y comenzaron actividades de
comercio
Un hecho de inmenso y duradero impacto
en la historia de la India fue el advenimiento
de los musulmanes en el noroeste. Tentado
por los relatos acerca de las fértiles
planicies del Punjab y las fabulosas
riquezas de los templos hindúes,
Mahmud de Ghazni atacó por primera
vez a la India en el año 1000
de nuestra era. Otros invasores del Asia
Central lo siguieron, pero estas no fueron
más que formas de bandidaje.
No fue hasta el 1192 que el poder musulmán
llegó a la India con un carácter
permanente. En ese año, Mohammed
de Ghori, quien había estado expandiendo
su poder a través de todo el Punjab,
irrumpió en la India y tomó Ajmer.
Al siguiente año, uno de sus generales,
Qutb-ud-din Aibak, tomó Varanasi
y Delhi y después de la muerte
de Mohammed Ghori, en 1206, éste
se convirtió en el primer Sultán
de Delhi. Qutb-ud-din Aibak fundó en
Delhi la llamada Dinastía de los
Esclavos en la India, formando así el
núcleo del Sultanato de Delhi,
el gobierno de los sultanes turcos y
Afganos, los Khiljis, los Tughlaqs y
los Lodis.
El impacto del Islam sobre la cultura
india ha sido inestimable. Influyó permanentemente
en el desarrollo de todas las áreas
de la actividad humana - el lenguaje,
la vestimenta, la cocina, todas las formas
del arte, la arquitectura y diseño
urbano, costumbres y valores sociales.
Recíprocamente, las lenguas de
los invasores musulmanes fueron modificadas
por el contacto con las lenguas locales,
hacia el Urdu, que utiliza la escritura árabe
y hacia el más coloquial Hindustani,
que utiliza la escritura Devnagri. Ambas
son hoy importantes lenguas indias.
La síntesis del Hinduismo y el
Islam está ejemplificada por el
surgimiento, en este momento, de las
ideas de dos grandes santos, Kabir y
Nanak. Basados en el devoto Bhakti Hindú y
los místicos cultos Sufi islámicos,
la tolerancia del Hinduismo y las ideas
de equidad en el Islam, ellos predicaron
religiones que abogaban por una vida
sencilla y la práctica del sentido
común. Kabir enfatizó la
unicidad de lo divino en memorables coplas- "Hari
está en el este, Alá en
el oeste; mira dentro de tu corazón,
ya que ahí hallarás a ambos,
Karim y Ram."
Los seguidores de Guru Nanak fundaron
la religión Sikh que tiene una
gran cantidad de seguidores.
El imperio musulmán más
importante fue el de los Mogoles, una
dinastía de Asia Central fundada
por Babur a principios del siglo XVI.
A Babur le sucedió su hijo Humayun
y bajo el reinado del hijo de éste,
Akbar el Grande (1562 - 1605), la cultura
Indo - Islámica alcanzó un
alto grado de tolerancia, armonía
y espíritu de investigación.
Los nobles de su corte pertenecían
a ambas religiones, la Hindú y
la Musulmana, y el mismo Akbar se casó con
una princesa Hindú. Líderes
de todas las religiones fueron invitados
a su corte en Fatehpur Sikri para debatir
asuntos religiosos en el especialmente
construido 'Ibadat Khana'. Akbar trató de
consolidar la tolerancia religiosa mediante
la fundación de la religión
Din-e-Ilahi, que es una amalgama del
Hinduismo y de la fe musulmana.
La cultura Mogol alcanzó su máximo
esplendor durante el reinado del nieto
de Akbar, Shahjehan, un gran constructor
y protector de las artes. Shahjehan trasladó su
capital a Delhi y construyó el
incomparable Taj Mahal en Agra.
Aurangzeb, el último de los grandes
Mogoles, extendió su imperio sobre
toda la India con excepción de
su extremo sur, aunque estaba constantemente
acosado por los clanes Rajput y Maratha.
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